Logo infoenpunto.com
Logo infoenpunto.com
Logo Messenger
Logo whatsapp
Mujer señalando con el dedo con una imagen de fondo de tres pescados

El detalle que alerta de que el pescado no está bien: ni se te ocurra comprarlo

Se trata de un detalle que puede verse a simple vista

El pescado es, sin lugar a dudas, uno de los mayores manjares que podría deleitar nuestro paladar. Actualmente existen diferentes tipos y variedades, pero lo que termina de marcar la diferencia puede ser la forma en cómo los cocinamos.

Ahora bien, además de este factor, si queremos disfrutar de este increíble alimento también debemos tener en cuenta más cosas. Pero ojo, porque algunas de ellas pueden alertarnos precisamente de todo lo contrario, y es no comprarlo. Si no quieres cometer este fallo, a continuación te explicaremos la forma de evitarlo.

Antes de comprar cualquier pescado, deberías fijarte en este detalle

Basta con hacer memoria para fijarnos en que, cualquier pescadería, tiene un elemento común: mesas frías o de hielo. Si bien esto es algo necesario para mantener y vender estos alimentos, lo cierto es que también podría suponer algún que otro problema.

Por pura lógica, podemos pensar que ahí es donde mejor se va a mantener el pescado. Sin embargo, también es muy habitual que esas mismas mesas no terminen de enfriar correctamente los productos. Y entonces, es aquí cuando surgen los problemas.

Un claro ejemplo de ello lo podemos explicar a través del salmón. Pero ojo, porque esto no lo decimos nosotros, sino la propia @rubi.chef. La tiktoker y gastrónoma no ha querido perder la ocasión de grabar un vídeo mostrando a sus seguidores lo que a continuación vamos a explicar.

Montaje con hombre sosteniendo trozo de pescado congelado y filetes de pescado
Debes fijarte bien en todo lo explicado antes de comprar el pescado | ArtStudio Images

Se trata de un truco muy fácil y eficaz que nos puede alertar de que un pescado no está en óptimas condiciones. Tal y como comentábamos con el ejemplo del salmón, debemos fijarnos en la coloración de este. Si observamos que su tonalidad es diferente, el producto podría estar dañándose.

No obstante, con el pescado congelado también podríamos fijarnos en otros detalles. En esta ocasión, la tiktoker explica que si observamos cristales de hielo en ellos, es mejor no comprarlos. ¿La razón? Significa que se descongelaron y se volvieron a congelar.

Pero cuidado, porque el pescado no es el único alimento que nos puede enviar señales. Existen otros productos, como por ejemplo la fruta  o verdura, que pueden mostrarnos indicios cuando estas no se encuentran en buen estado.

Así pues, para diferenciarlas, lo mejor que podemos hacer es observar las que están también al lado. Para ello, la gastrónoma aconseja no comprar ninguna fruta o verdura que esté junto a otra en mal estado, ya que podrían terminar ambas contaminadas.

¿Qué puede ocurrir si comemos pescado en mal estado?

Se trata de una afección que suele ocurrir con bastante frecuencia, aunque eso sí, pocas veces se llega a diagnosticar. Y es que cuando consumimos un pescado que está en mal estado, nuestro organismo puede experimentar una serie de síntomas.

En una situación de este tipo, nos encontraríamos ante una escombroidosis, conocida tradicionalmente por una intoxicación por pescados. Esto suele producirse por pescados tanto escombroides (atún, bonito, caballa) como no escombroides (salmón, en este caso).

Mujer con nauseas y una foto destacada a la derecha de un pescado en mal estado
Ponte alerta si consumes pescado en mal estado | Africa Images

Cuando el pescado en cuestión no está conservado en óptima condiciones, su musculatura (la parte de carne) sufre una descomposición. En esta descomposición se produciría, además, una decarboxilación de aminoácidos, así como una liberación de histamina y fosfato.

Si esto llegara a ocurrir, tras unos 20 minutos después de haber ingerido el pescado, nuestro organismo empezaría a experimentar los primeros síntomas. En la mayoría de casos, su inicio nos recordaría a una reacción alérgica.

Los más habituales suelen ser el enrojecimiento cutáneo, especialmente en la cara, cuello y tronco. También es posible sentir hormigueo, fiebre y picor. En casos más extremos, las náuseas, los vómitos y las diarreas podrían ponernos en alerta. Normalmente estas afectaciones suelen ser leves, pero ante la duda, acude al médico.