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Primer plano de Raquel Sánchez Silva triste

Raquel Sánchez Silva encuentra al mejor aliado para demostrar su inocencia

Sánchez Silva recibe un apoyo inesperado

Raquel Sánchez Silva no comenzaba el mes de agosto con buen pie. El pasado día 1, la justicia italiana conseguía devolver a la primera línea mediática el caso de Mario Biondo. Determinaba que el cámara italiano había sido "asesinado", dándole así la razón a su familia.

Durante muchos años, los padres del chico han tratado de que se reabriera la investigación. Están satisfechos con la decisión que han tomado los tribunales de su país, pero ahora piden que se reabra el caso en España. Siguen teniendo en su punto de mira a la presentadora.

Desde que falleciera su marido, Sánchez Silva trató de distanciarse al máximo del entorno de Mario. No quiso saber nada de ellos. Además, sus aportaciones en los juicios fueron más bien nulas.

Desde un primer momento trató de convencer a la justicia de que se había quitado la vida. Era una versión que chocaba con la de la familia, que siempre defendió que alguien lo había asesinado. Contaron que su hijo no consumía drogas ni practica juegos eróticos, como recogían las investigaciones.

El juez de instrucción de Palermo, Nicola Aiello, señaló que "los elementos que se extraen sugieren que fue asesinado. Por manos desconocidas y posteriormente colocado en una posición capaz de simular un suicidio".

Plano corto de Raquel Sánchez Silva con una sonrisa tímida y el pelo recogido

En su escrito asegura que "en el momento del hallazgo del cadáver se deberían haber realizado actividades de investigación que no se hicieron". También hizo mención a las "innumerables contradicciones contenidas en las declaraciones de la viuda".

Como era de suponer, esta sentencia resultó bastante molesta para las autoridades españolas. No vieron con buenos ojos que se pusiera en duda su trabajo. También hubo algún periodista especializado en sucesos que quiso aportar su granito de arena en el caso.

Raquel Sánchez Silva se encontró con un defensor inesperado hace unos días. El periodista Nacho Abad se mostraba contrariado por la labor de la justicia italiana. "El juez dice que la policía española lo hizo mal, que el juez español lo hizo mal y que el forense lo hizo mal", recalcó.

Continuó diciendo que "me parece tan gratuito que un magistrado italiano nos dé lecciones de justicia, me molesta profundamente". Sobre todo después de que hayan patinado recientemente con el caso de Amanda Knox, apuntó el comunicador.

Entiende que si "la autopsia determinó que era una muerte accidental es que estaba acreditada". Confía plenamente en el trabajo de los investigadores españoles.

Quiso hacer referencia a "algo que no había contado nunca, pero creo que llegó el momento". Desvelaba que "yo estuve en esa casa horas después de que ocurriese la muerte. Estuve después de que estuviera la policía".

Explicó que ya "se habían llevado el cuerpo y no vi ningún escenario de violencia". Nada anómalo que le hiciera sospechar de un intento de asesinato.

Raquel Sánchez Silva, siempre en el punto de mira

Raquel Sánchez Silva mostró en todo momento una actitud muy rara, según confirmaron los allegados del cámara italiano. Hizo todo lo posible por alejarse de la familia del que fuera su marido. Pero lo que más les llama la atención es que siempre guardara silencio, que nunca fuera clara en sus explicaciones.

En esta ocasión, la presentadora ha encontrado en el colaborador de Mediaset un aliado perfecto. Abad pudo hablar con algún vecino y le confirmó que "no había oído gritos o altercados" aquella noche.

Nacho Abad en el plató de 'Espejo Público'
Nacho Abad defiende la versión de Sánchez Silva. | Gtres

La escena que se encontró le invita a pensar que no participaron terceras personas. "Había muchas latas de cerveza y otras cosas que me justificaban que podía tratarse de un accidente. Como lo tuvo David Carradine o el cantante de INXS, en un episodio autoerótico de limitación de oxígeno".

Para satisfacción de Raquel Sánchez Silva, el periodista desveló que estuvo varias horas allí y no encontró "ningún signo de violencia". Su teoría, por lo tanto, contradice la sentencia de la justicia italiana.